El inglés no ha sido siempre la lengua más hablada en Escocia, tal y como ocurre hoy en día. De hecho, en Escocia hemos tenido varios idiomas a lo largo de diferentes épocas, por ejemplo, el gaélico y el escocés. A continuación, te explicamos la historia de las lenguas que se hablan en Escocia.
El gaélico es una lengua céltica que, según los expertos, se originó en Irlanda y desde allí se expandió rápidamente por territorios celtas como es el caso de Escocia (más o menos allá por el siglo VI). Tal fue la expansión que se convirtió en la lengua madre de Escocia, o mejor dicho, del reino medieval de Alba (Alba precisamente significa Escocia en gaélico).
Suele haber confusión porque a menudo escuchamos hablar de gaélico escocés, gaélico irlandés, gaélico manés (de la isla de Man), galés...¿son todos el mismo idioma? En realidad, no. Comparten un mismo origen pero son diferentes ramas y, aunque hay cierto debate sobre si son lenguas o son dialectos de un mismo lenguaje, se ha llegado al consenso de que tienen suficientes diferencias como para considerarse idiomas diferentes.
Si viajas a Escocia, no tardarás mucho en encontrar influencias del gaélico escocés, especialmente en cuanto salgas de las grandes ciudades, ya que cientos de nombres de pueblos, lagos y montañas a lo largo de todo el país tienen su origen en este bellísimo idioma, así como palabras que forman parte de nuestro día a día como clan, loch (lago) o ceilidh (reunión con música y bailes celtas). Es muy difícil de aprender pero a nosotros nos encanta, pues normalmente los nombres son altamente descriptivos. Por ejemplo, el nombre de la ciudad de Dundee proviene del gaélico Dùn Dè y significa literalmente fortaleza en el Tay. Tay se refiere al Fiordo de Tay, en cuyo punto norte se ubica esta ciudad, y la fortaleza sería la ciudad en sí.
Como es habitual, el paso del tiempo junto con los cambios culturales, religiosos y de población, van siempre moldeando el idioma o idiomas que se hablan en un lugar. En Escocia, esos cambios -sobre todo a partir del siglo XII- supusieron la introducción de otros idiomas que se convirtieron en predominantes como el inglés o el escocés (Scots en inglés).
Hay también debate sobre si el escocés moderno (Modern Scots en inglés) es una lengua autónoma y distinta o si es un dialecto del inglés. Por lo general, se acepta que el escocés es un conjunto de dialectos hablado en diferentes zonas de Escocia o sitios relacionados históricamente con Escocia. Tenemos, por ejemplo, el Doric, el Lallans o el Ulster-Scots (llevado a Irlanda por los escoceses que colonizaron los condados de Ulster).
Para que te hagas una idea de cómo es el idioma escocés comparado con el inglés, fíjate en esta frase que hemos sacado de un poema del escocés Charles Murray, conocido por sus obras en Doric:
[Doric] Look ower an' watch hoo things were gyaun aneth.
[Inglés] Look over and watch how things were going beneath.
No se puede negar que tiene cierto parecido al inglés. Probablemente ahora puedes entender mejor porqué existe ese debate sobre si el escocés es un idioma de pleno derecho o si es una variante del inglés. En todo caso, es importante especificar que el escocés ha ido también variando y modificándose a lo largo de los siglos.
En el lenguaje moderno, el Doric (así como cualquier otra variedad del escocés) también tienen sus propias frases y expresiones. No te sorprendas si escuchas a alguien del noreste de Escocia preguntarte "Fit like?", significa ¿qué tal estás?. Lo mismo pasa con "foos yer doos?", aunque literalmente significa "¿cómo están tus palomas?", simplemente te estás preguntando cómo estás. Sería el equivalente informal del How are you? inglés.
Hay un motivo por el que te hemos hablado primero del gaélico, luego del escocés, y ahora volvamos a hablar del gaélico. Es necesario introducir primero lo que es el idioma escocés para poder hablar del declive del gaélico, pues el gaélico escocés no desapareció de golpe un buen día, sino que fue perdiendo importancia a lo largo de varios siglos.
Son muchos los historiadores que marcan el reinado de Malcolm III y su esposa Margarita (de la que hablamos, por ejemplo, durante nuestra visita guiada en el castillo de Edimburgo) como el comienzo del fin del gaélico. El motivo es que hasta ese momento -siglo XI-, el gaélico había logrado extenderse y fortalecerse hasta convertirse en la lengua oficial de prácticamente todo el reino de Alba. Sin embargo, la reina Margarita era anglosajona y no hablaba gaélico, así que los hijos que surgieron de su unión con el rey tuvieron nombres anglosajones y no gaélicos. La reina también trajo a Escocia muchísimos obispos y curas ingleses. Esto hizo que, eventualmente, el gaélico desapareciera de la corte y, por ende, no fuese usado por las clases altas, quedando relegado a zonas rurales. Esta es la explicación de que a veces se diga que el gaélico era el idioma de la gente pobre.
En el siglo XVIII, un duro revés golpeó el gaélico cuando éste fue prohibido por el gobierno británico, y ya para finales del siglo XIX, el inglés ya se había establecido como lengua principal en los colegios, iglesias y comunidades de Escocia (normal, teniendo en cuenta que la ley de educación de 1872 imponía el inglés en las escuelas como única lengua posible).
Entre los siglos XIV y XVI, el idioma escocés fue sustituyendo cada vez más al gaélico, especialmente tras la Reforma Protestante, pues el gaélico se comenzó a asociar fuertemente con el catolicismo. Entre estos siglos es donde se ubica el auge del escocés como lengua.
Sin embargo, a partir de mediados del siglo XVI, el idioma escocés comenzó a verse fuertemente influenciado por el inglés, y no es de extrañar ya que en esa época comenzó a darse una gran interacción, por decirlo de algún modo, entre Escocia e Inglaterra, sobre todo en cuanto a monarquía y política se refiere.
Y fue precisamente una serie de grandes cambios entre los siglos XVII y XVIII en esos dos campos, lo que llevó a que se desalentara el uso del idioma escocés en pro del inglés. Intelectuales como David Hume (filósofo) o Adam Smith (economista) comenzaron a apostar por el inglés en sus obras en vez de usar el escocés (la siguiente foto representa a ambos personajes en la fachada de la Galería Nacional de Retratos en Edimburgo).
Como consecuencia, el escocés pasó a usarse únicamente en zonas rurales (como ya había pasado con el gaélico) y por la clase obrera.
Finalmente, cabe destacar que el Scots no murió gracias a que muchos escritores lo revivieron como lengua vernácula del país. Tal es el caso del poeta y letrista Robert Burns (¿te suena el Auld Lang Syne que se toca para despedir el año?), del poeta Allam Ramsay, del escritor Robert Fergusson y hasta del mismísimo Walter Scott.
Según el censo de 2011, poco más de 57000 personas hablan gaélico escocés. Esto es, el 1.1% de la población escocesa. Esto supone un descenso de más de 1200 personas respecto al censo de 2001, lo que confirmaría que el idioma está en riesgo de perderse en las próximas décadas a pesar de los esfuerzos del gobierno escocés (cadenas de televisión y radio en gaélico, colegios con enseñanza bilingüe, etc...).
Ese mismo censo, indica que casi un 30% de la población de Escocia habla escocés (algo más de un millón y medio de personas), pero el camino por la lucha de la supervivencia del escocés (lo consideres idioma o dialecto) no ha sido fácil. En 1946 un reporte del gobierno británico concluía que el idioma escocés "no es el idioma de la gente culta, y no puede ser descrito como un vehículo apto para la educación o la cultura".
Hoy en día, el gobierno británico ha reconocido tanto el escocés como el gaélico como lenguas minoritarias de Reino Unido, aunque el gobierno escocés hace la distinción de referirse a éstos como lenguas oficiales de Escocia, junto con el inglés estándar.